23.7.08

Avanzo silencioso por un extraño camino atiborrado de plantas deformes y extravagantes. Cada paso conlleva un inmenso sacrificio, debido, sin duda, a la cantidad de trastos inutiles que cargo en mi maleta. ¿Para que coño querré yo una botella de champán a la espera de una celebración digna? o lo que es más impresionante aún, ¿quien cojones cargó sobre mis hombros una silla de montar, cuando hace más de cuatro años que no veo un caballo en persona...?
Pese a todo, sigo avanzando con ello.

No hay comentarios: