24.7.08

No hay neuronas, no hay problemas

Sobre la montaña Killho-leunder, bautizada extrañamente así durante un desfase neuronal de nuestro supuesto líder espiritual, me encuentro tendido observando el cielo. Cientos de veces han llegado a mis oídos impresionantes historias narrando el espectáculo que ahora mismo observo con mis propios ojos. Ni una sola equiparable a la verdad.
Extasiado por el espectáculo, observo atónito como extrañas luces de colores luminiscentes revolotean a mí alrededor, el cielo se torna lila en el horizonte, y el sol no quema pero abrasa. Si miro hacia lo alto me creo muy capaz de alcanzar una estrella con solo estirar un brazo, es más, lo pruebo una y otra vez. El viento me revela misterios que aún tenia por resolver, misterios, que solo el tiempo me hubiera mostrado en su afán por moldear a las personas...
Una silueta me saluda a lo lejos y me incorporo. Quiero adivinar quien es, y si se encuentra en el mismo viaje que yo, pero al intentar comunicarme con el, se desvanece como el humo de un cigarro al que no le queda tabaco por consumir...
“...debes resistir la tentación de disfrutar del espectáculo o será este el ultimo que veas...” diría mi padre justo antes de partir hacia la cima.
Quizá tuviera razón...
...
Posiblemente la falta de oxigeno esté borrando de mi mente cuanto he aprendido...
Posiblemente la falta de oxigeno esté borrando de mi mente cuanto necesito para aprender...
Posiblemente...
...
Posiblemente me encuentre ya en el cielo, y una vez visto no merezca la pena volver atrás.

1 comentario:

que historia... dijo...

volveras, o te quedaras ahi para siempre?
:)